Periodontitis: Un Peligro Oculto de Infartos Cerebrales y Cardíacos.

Vínculos patogénicos de la periodontitis con las enfermedades isquémicas cardiovasculares.

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Las bacterias de las periodontitis viajan
por la sangre hasta el corazón.

La periodontitis es una enfermedad bacteriana que afecta el periodonto, el tejido que sostiene y rodea los dientes. Las enfermedades periodontales y cardiovasculares son comunes y su relación es de gran relevancia en salud pública.

Diversos estudios clínicos han analizado la vinculación entre periodontitis y enfermedades coronarias. Muchos de estos estudios establecen una clara asociación epidemiológica, corroborando investigaciones previas que indican que la inflamación periodontal crónica, la infección bacteriana persistente con patógenos periodontales, las bolsas periodontales profundas, la pérdida de dientes y otros marcadores periodontales son factores de riesgo significativos para las enfermedades cardiovasculares.

Moraleja: Cuidar las encías es cuidar el corazón y el cerebro.

La periodontitis es una enfermedad bacteriana que afecta al periodonto, el tejido que sostiene los dientes, incluyendo la encía, el ligamento periodontal y el hueso alveolar adyacente. Diversos estudios han demostrado que las personas con periodontitis crónica tienen un riesgo incrementado de sufrir infartos, ictus o insuficiencia circulatoria, con un aumento del 25 % al 50 % en comparación con aquellas sin esta condición.

<img src="Imagen-corazón-latiendo-acompasado.jpg"       width="191"       height="247"       border="0"       alt="Corazón latiendo en riesgo de infarto por periodontitis.">
Corazón normal latiendo.
Las enfermedades cardiovasculares isquémicas son la principal causa de mortalidad en todo el mundo. En un porcentaje considerable de pacientes, que puede llegar hasta el 40%, no se logran identificar factores de riesgo tradicionales.

Ante esta situación, la investigación ha centrado su atención en nuevos factores de riesgo, destacando especialmente el papel de las infecciones, en particular la periodontitis crónica.

Desde hace más de una década, numerosos estudios han demostrado de manera consistente la asociación entre la periodontitis y la enfermedad vascular arteriosclerótica.

¿Cómo contribuye la periodontitis a la aparición de infartos cardíacos y cerebrales?

Los estudios han encontrado similitudes entre las bacterias presentes en las bolsas periodontales y aquellas detectadas en las placas vasculares, especialmente en las arterias coronarias cardíacas. Se cree que las bacterias involucradas en la periodontitis desencadenan una respuesta inflamatoria de bajo grado en todo el cuerpo, lo que provoca alteraciones en las paredes arteriales y reduce la capacidad circulatoria de los vasos sanguíneos.

Otra posible explicación es que las bacterias que ingresan al torrente sanguíneo desde el periodonto dificultan la dilatación de los vasos sanguíneos. La imagen de la izquierda, tomada de BBC Mundo, muestra los microorganismos presentes en la biopelícula de la placa dental.

Uno de los hallazgos más interesantes se presentó recientemente en la Conferencia Anual de la Sociedad de Microbiología General, celebrada en Nottingham, Inglaterra. El profesor J. Jenkinson, principal autor del estudio, demostró que los estreptococos, bacterias presentes en las biopelículas responsables de la placa dental y de infecciones como la gingivitis y la periodontitis, pueden escapar de estas comunidades y entrar en el torrente sanguíneo.

Estas bacterias, mediante una proteína llamada PadA, inducen a las plaquetas sanguíneas a unirse a ellas, formando coágulos. Al unirse las plaquetas, pueden recubrir completamente las bacterias, brindándoles una capa protectora contra el sistema inmunológico y los antibióticos utilizados para combatir la infección.

Desafortunadamente, además de proteger a las bacterias, la unión de las plaquetas puede generar pequeños coágulos, formar crecimientos en las válvulas cardíacas o causar inflamación en las arterias, lo que obstruye el flujo sanguíneo hacia el corazón y el cerebro. Esto puede complicar y acelerar el desarrollo de trombos en placas arterioscleróticas preexistentes, provocando alteraciones isquémicas agudas que resultan en infartos en los tejidos, principalmente en el corazón y el cerebro.

<img src="Dibujo-corazón-con-infarto.jpg"       width="220"       height="250"       border="0"       alt="Dibujo de un corazón infartado en paciente con periodontitis.">
La flecha indica la zona oscura 
lesionada por el infarto (necrótica).
La imagen muestra un área cardíaca infartada, representada en color pardo oscuro, junto a un vaso sanguíneo obstruido por un trombo en una placa arteriosclerótica.

Cada vez hay más evidencia que respalda la conexión entre la infección periodontal crónica y la lesión arteriosclerótica. Ambas son enfermedades crónicas multifactoriales, comparten características y factores etiológicos comunes, lo que sugiere que podrían coexistir como un complejo síndrome.

Los resultados de un reciente estudio, presentado en la conferencia anual de la Sociedad Europea de Genética Humana en Viena, respaldan esta idea. Investigadores de la Universidad de Kiel han descubierto una mutación genética frecuente en personas con periodontitis, en la misma región del cromosoma 9 que se asocia con el infarto de miocardio, según el doctor Arne Schaefer.

Esto indica que la variación genética vinculada a ambas enfermedades es similar. Ante tanta evidencia científica, surge la pregunta: ¿Debería el Sistema de Salud asumir la atención de las periodontopatías, como ocurre con otras enfermedades? ¿Puede ponerse en duda que una afección que afecta a más del 60 % de la población y que es un factor de riesgo para la enfermedad isquémica, principal causa de morbilidad y mortalidad mundial, tiene suficiente relevancia para ser atendida?

El debate radica en si, dada la magnitud epidemiológica de las periodontopatías, deben formar parte de la cartera de servicios de salud pública. Y si, desde una perspectiva ética, es adecuado que la atención de esta patología dependa de las posibilidades económicas de cada ciudadano en un país que se precia de tener una asistencia médica universal.

No estamos ante un problema de pérdida de dientes, sino ante una afección vinculada con la principal causa de muerte en el mundo. No solo es un problema ético, sino también de sentido común para el sistema de salud: la necesidad urgente de crear un programa de prevención e intervención de las periodontopatías como parte de las estrategias para reducir las muertes por enfermedad vascular arteriosclerótica y, a largo plazo, disminuir los costos asociados con la atención de enfermedades isquémicas.

En este punto, mi consejo es claro: pide una cita con tu dentista y realiza un examen periodontal exhaustivo. Y si tienes otros factores de riesgo como ser fumador, diabético, obeso o llevas una vida sedentaria, no esperes más. Hazlo de inmediato, no esperes a que los políticos se den cuenta de la importancia de que los gastos sean cubiertos por el sistema de salud pública. La intervención temprana en la periodontitis puede ser crucial para tu calidad y expectativa de vida.

<img src="Imagen-de-resonancia-magnética-de-cerebro-con-infarto.jpg"       width="220"       height="254"       border="0"       alt="Resonancia magnética de infarto cerebral.">
Área cerebral destruida por un infarto.
Si los estudios estuvieran equivocados y no existiera vínculo entre la periodontitis y los infartos cerebrales, sería una buena noticia. Sin embargo, incluso si eso fuera el caso, aún estarías salvando tus dientes, lo cual no está nada mal. Y, por si acaso, es mucho mejor prevenir que tener que someterte a una resonancia magnética, como la de la foto, para comprobar la magnitud de un infarto cerebral, un incidente que, por mucho que te atraiga el color rojo brillante, ni siquiera podrás ver si te llega a afectar.

Cabe destacar que una resonancia magnética de esta calidad puede costarle a la seguridad social mucho más que lo que habría costado cubrir el tratamiento periodontal. Sin embargo, la atención dental sigue siendo un tema olvidado en el sistema de salud pública. La seguridad social parece dar la espalda a los problemas odontológicos, ya que ni siquiera cubre una pequeña parte de los cuidados dentales restauradores o las prótesis para grupos vulnerables como los ancianos.