Leucoplasia vellosa: La lesión blanca en la lengua asociada a inmunodeficiencias y VIH/SIDA.
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Leucoplasia Vellosa |
La leucoplasia vellosa o pilosa es una afección benigna de la lengua, asociada al virus de Epstein-Barr, que se presenta comúnmente en pacientes con VIH/SIDA. También puede ocurrir en personas con otras formas de inmunosupresión, como aquellos que han recibido un trasplante de órganos, que usan corticosteroides sistémicos o inhalados, o que padecen ciertos tipos de cáncer. En casos raros, se ha observado leucoplasia vellosa en personas mayores, posiblemente debido a la deficiencia inmunitaria relacionada con el envejecimiento (senescencia inmunitaria).
Características del virus de Epstein-Barr.
Es importante aclarar que la leucoplasia vellosa que aparece en la lengua de los pacientes con VIH no es causada directamente por el VIH/SIDA, sino por una infección oportunista provocada por otro virus, conocido como el virus de Epstein-Barr (EB). El virus de Epstein-Barr pertenece a la familia de los herpesvirus. Los herpesvirus, parte de la familia Herpesviridae, reciben su nombre del término griego "herpein", que significa reptar o arrastrar, aludiendo a la capacidad de estos virus de transmitirse fácilmente entre personas y reaparecer de manera recurrente.
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Virus de Epstein-Bar en células lecucémicas (Brillan en color verde). |
Uno de los virus más comunes del Epstein-Barr (EB) es el herpes labial, que se caracteriza por las ampollas alrededor de los labios y el borde de la boca. Este virus se transmite principalmente a través de la saliva y tiene una distribución generalizada, ya que se estima que cerca del 90% de los adultos han sido infectados, y aproximadamente el 70% de la población se infecta antes de los 30 años. La imagen muestra células leucémicas que contienen el virus de Epstein-Barr, detectadas mediante una técnica de laboratorio conocida como "fast-acid", que revela el virus en un color verde azulado brillante. CDC/Dr. Paul M. Feorino.
Leucoplasia vellosa.
En 1984, Greenspan y colaboradores describieron un tipo de lesión blanca oral, similar a la leucoplasia asociada al tabaquismo, pero de diferente origen. Esta lesión se asociaba a la infección del epitelio en los bordes de la lengua por el virus de Epstein-Barr. Debido a su aspecto filamentoso superficial, la denominaron leucoplasia vellosa o pilosa, y destacaron que las lesiones siempre aparecían en los bordes de la lengua en pacientes VIH positivos, nunca en otras mucosas del cuerpo.
Cuando una persona se infecta con el virus de Epstein-Barr, este permanece en su organismo de por vida, generalmente en un estado latente. Sin embargo, cuando el sistema inmunológico se debilita debido a una enfermedad o el uso de medicamentos inmunosupresores, el virus se reactiva y provoca la aparición de lesiones. La relevancia de esta lesión radica en que puede manifestarse incluso con cualquier nivel de células CD4+, lo que la convierte en un marcador útil para identificar a pacientes asintomáticos infectados por el VIH.
Este aspecto cobra especial relevancia en el papel que los dentistas pueden desempeñar en la identificación temprana de pacientes con VIH. Dado que los dentistas son quienes examinan más frecuentemente las lenguas, tienen una ventaja significativa para identificar estas lesiones antes de que se desarrolle el SIDA, permitiendo detectar casos en las etapas iniciales de la infección por VIH.
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Leucoplasia vellosa inicial en un paciente VIH/SIDA (Lesión a saltos). |
Las lesiones clínicas de leucoplasia vellosa suelen observarse en los bordes de la lengua, y en casos más extensos, pueden abarcar toda la superficie lateral. La placa blanca puede presentarse como una lesión continua o fragmentada, con áreas que se mezclan entre sí.
Generalmente, es asintomática y rara vez causa dolor o molestias. A diferencia de la leucoplasia asociada al tabaco, no presenta riesgo de cancerización. Muchos pacientes desconocen tener la lesión, aunque se han reportado síntomas como dolor moderado, alteraciones en el gusto e impactos psicológicos debido a cambios estéticos, especialmente en lesiones prominentes. En los casos donde las lesiones son dolorosas, suelen estar infectadas secundariamente por el hongo Candida albicans, una complicación frecuente debido al estado de inmunosupresión de los pacientes.
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Las ilustraciones muestran ejemplos de leucoplaquia vellosa en los bordes de la lengua, diferenciándola de las asociadas al tabaquismo, con lesiones en diversas etapas clínicas, desde incipientes hasta desarrolladas. |
Las imágenes son cortesía del Dr. Steve Debbink, Director Dental del AIDS Resource Center of Wisconsin, y de dentistaenlared.com, plataforma sin fines comerciales dedicada a la salud y prevención oral. Desde 1988, el Dr. Debbink ha brindado atención odontológica gratuita a emigrantes y pacientes con VIH/SIDA. Agradecemos su colaboración en nuestro portal y su vocación de servicio a los más necesitados.
Las ilustraciones muestran ejemplos característicos de leucoplasia vellosa en los bordes de la lengua, una localización clave que la diferencia de las leucoplasias asociadas al tabaquismo. Las imágenes presentan las principales variaciones morfológicas, abarcando diversas etapas clínicas, desde las lesiones incipientes hasta las más prominentes y desarrolladas.
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Leucoplasia vellosa confundible con leucoplasia por tabaquismo o liquen plano. |
La leucoplasia vellosa puede confundirse con otras lesiones blancas, como la leucoplasquia inducida por tabaco o idiopática. Esta lesión, comúnmente asociada con VIH/SIDA, también puede aparecer en pacientes inmunodeprimidos, como aquellos con trasplantes o cánceres hematológicos. La infección es causada por el virus de Epstein-Barr, que permanece latente en el epitelio de los bordes de la lengua, y su reactivación se produce cuando el sistema inmunológico está debilitado. La leucoplasia vellosa es un indicador importante de la progresión rápida hacia el SIDA en pacientes VIH positivos. Histológicamente, se observa una disminución de las células de Langerhans, lo que se asocia con el daño inmunológico provocado por el VIH.
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Entre las capas de células epiteliales aparecen las células de Langerhans como puntos oscuros. |
Las células de Langerhans son clave en la defensa inmunitaria, enfrentando al VIH mediante la proteína langerina. En pacientes con VIH, su disminución facilita la reactivación del virus de Epstein-Barr, causando lesiones blancas en la lengua, comunes en VIH/SIDA y a menudo el primer signo de la infección. Aunque los antirretrovirales han reducido su aparición, aún afectan al 25% de los pacientes VIH positivos. El diagnóstico se basa en criterios clínicos y, en algunos casos, requiere confirmar el ADN de Epstein-Barr mediante estudios costosos. Las imágenes muestran un caso característico con indicios de infección viral.  |
Hallazgos cito histológicos en un estudio de leucoplasia vellosa. |
Los extendidos citológicos teñidos con Papanicolau a veces revelan células epiteliales con cuerpos de inclusión, aunque no siempre. Cuando presentes, estas células ayudan a establecer correlaciones clínicas. En uno de nuestros casos, los extendidos mostraron células infectadas, mezcladas con mononucleares y células gigantes multinucleadas. Estas células tenían un aspecto de "vidrio despulido" debido a la acumulación de partículas virales y la cromatina desplazada hacia la periferia.
En la microfotografía a la derecha se observan hifas o pseudohifas del hongo Candida albicans, comúnmente asociado con leucoplaquias vellosas. La imagen proviene de una biopsia de lengua de un paciente con SIDA, tratada junto al Dr. Joaquín Doldán Lema en la Clínica Dental CIMME de Sevilla. Este paciente desarrolló leucoplaquias vellosas exacerbadas por su inmunodepresión, con un recuento de células CD4+ inferior a 100.
Tratamiento de la leucoplasia vellosa.
El tratamiento de la leucoplaquia vellosa se puede realizar con antivirales sistémicos, que reducen las lesiones en 1-3 semanas. Sin embargo, estas lesiones no suelen requerir tratamiento, ya que muchas veces desaparecen con los antirretrovirales, aunque las placas suelen reaparecer tras unas semanas. Los antivirales deben evitarse debido a su toxicidad y al riesgo de generar resistencia.
Se prefieren tratamientos locales como el ácido retinoico, aunque no produce curación definitiva, ya que las lesiones vuelven a aparecer. Otras opciones incluyen crioterapia o exéresis quirúrgica para lesiones pequeñas, y la aplicación de resina de podofilino al 25%, con resultados a corto plazo.
A diferencia de la leucoplaquia asociada al tabaquismo, la leucoplaquia vellosa es causada por la inmunodeficiencia relacionada con el VIH. Aunque no es provocada por el tabaco, algunos estudios sugieren que fumar puede agravar la recurrencia de las lesiones, por lo que es recomendable dejar de fumar en estos casos.