Gingivitis y periodontitis. Tratamientos y estrategias de control para una salud bucal duradera y efectiva.
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Cirujano listo para operar. |
Los tratamientos periodontales varían según la severidad de la periodontopatía (enfermedades de las encías), y su enfoque está diseñado para restaurar la salud bucal del paciente de manera efectiva. En el caso de la periodontitis, el espectro terapéutico abarca desde intervenciones simples y no invasivas, como mejorar los hábitos de higiene oral, hasta complejos procedimientos quirúrgicos que emplean materiales especializados para reparar y rellenar los defectos óseos causados por la enfermedad.
Fundamentos de las terapéuticas periodontales.
La primera fase del tratamiento periodontal consiste en una limpieza profunda, que incluye el raspado y alisado radicular. El objetivo principal de este tratamiento conservador no quirúrgico es controlar la infección bacteriana. A menudo, el raspado y alisado radicular es erróneamente denominado curetaje, pero en realidad es la técnica fundamental utilizada en la mayoría de los pacientes que reciben tratamiento periodontal. Este procedimiento suele ir precedido por una limpieza ultrasónica supragingival (tartrectomía), que elimina el sarro y la placa por encima de la línea de las encías, preparando el terreno para el tratamiento de las áreas más profundas.
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Cuadro resumen con los principales tratamientos periodontales |
El raspado y alisado radicular es un tratamiento periodontal que consiste en la eliminación del epitelio de la bolsa periodontal, así como del tejido conjuntivo subepitelial infiltrado por células inflamatorias y vasos sanguíneos. Este procedimiento está principalmente indicado para limpiar los surcos supraóseos y las bolsas periodontales, con el objetivo de obtener una superficie radicular limpia, lisa y biocompatible. Se realiza utilizando curetas especiales que permiten retirar el tejido enfermo e infectado, favoreciendo la cicatrización y restaurando la salud de las encías.
Este tratamiento está indicado para periodontitis leves y moderadas, con bolsas de hasta 6 mm. En la mayoría de los casos, se utiliza como tratamiento definitivo, aunque, en algunos, es necesario realizarlo previamente a procedimientos quirúrgicos más complejos (terapéuticos o regenerativos) para crear las condiciones adecuadas, eliminando mecánicamente el tejido infeccioso y la biopelícula que se acumula en la superficie radicular de los dientes afectados.
Las raíces involucradas en la periodontitis experimentan alteraciones en la superficie del cemento radicular debido a la exposición al medio bucal, lo que genera cambios estructurales y la presencia de componentes citotóxicos y químicos. Estos factores provocan un reblandecimiento o necrosis del cemento, que debe ser eliminado a través del raspado y alisado radicular para restaurar la salud periodontal.
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Imágenes de un paciente tratado de periodontitis. A la izquierda antes, a la derecha después de tratado. |
Las imágenes corresponden a una joven de 21 años que presentó gingivitis sin alteraciones óseas significativas. El tratamiento consistió en raspado y alisado radicular, acompañado en la primera semana por el uso de colutorios de clorhexidina, control de la placa y un correcto cepillado dental. Tres semanas después, las encías se recuperaron completamente, con la desaparición del sangrado y la resolución de las molestias locales.
2. Tratamientos de las periodontitis con medicamentos.
Los medicamentos se utilizan como complemento de tratamientos instrumentales como el raspado y alisado radicular o la cirugía periodontal. A continuación, se describen algunos de los medicamentos más comunes en el tratamiento periodontal:
- Enjuague bucal con antimicrobianos: Los más utilizados contienen clorhexidina, aunque se deben usar durante periodos cortos (no más de dos semanas) debido a que pueden pigmentar los dientes y la lengua, además de alterar el microbioma oral.
- Chip antiséptico: Se trata de un pequeño trozo de gelatina relleno de clorhexidina, que se introduce en las bolsas periodontales para liberar el medicamento de manera localizada.
- Gel antibiótico: Doxiciclina en forma de gel se aplica directamente sobre las encías para combatir la infección bacteriana en la zona afectada.
- Microesferas antibióticas: Son diminutas partículas que contienen minociclina, que se colocan dentro de las bolsas periodontales para liberar el antibiótico de manera prolongada.
- Supresores de enzimas: Se administra una dosis baja de doxiciclina por vía oral para controlar las enzimas que destruyen el hueso, ayudando a frenar el avance de la enfermedad periodontal.
- Antibióticos orales: Se utilizan tabletas o cápsulas de antibióticos como amoxicilina o metronidazol para combatir infecciones bacterianas sistémicas y locales en las encías.
3. Cirugía periodontal a colgajo.
Las técnicas quirúrgicas se emplean con el objetivo de acceder directamente a las superficies radiculares y al hueso afectado, para eliminar el tejido blando dañado y remover el hueso infectado y necrótico. Estos procedimientos, en términos generales, se conocen como cirugía a colgajo, aunque muchos de ellos reciben el nombre del creador que los desarrolló, como el colgajo de Newman. Actualmente, la regeneración de los tejidos perdidos, especialmente la regeneración ósea mediante el uso de osteointegradores, ofrece nuevas perspectivas esperanzadoras en el tratamiento de dientes gravemente afectados.
Las imágenes corresponden a un paciente sometido a una cirugía a colgajo, que incluyó remodelado del hueso alveolar y gingivoplastia, con el objetivo de tratar y frenar la progresión de la periodontitis, así como mejorar la estética del borde anterior de la mandíbula.
La cirugía a colgajo es el procedimiento más comúnmente realizado. Se utiliza para eliminar los depósitos de sarro en bolsas periodontales profundas o reducir su tamaño. Este procedimiento consiste en levantar las encías, eliminar el sarro, limpiar las raíces y el hueso, y luego reposicionar las encías mediante suturas. Con el tiempo, las encías sanarán y se ajustarán mejor alrededor de los dientes. Aunque los dientes pueden parecer más largos tras el tratamiento, esta apariencia es temporal, ya que su inserción en el hueso es lo que define la salud periodontal y la longevidad de los dientes.
La cirugía a colgajo es especialmente indicada cuando las bolsas periodontales se extienden más allá del límite mucogingival o cuando se requiere tratar lesiones óseas o alteraciones en las furcas de los molares. Una de las principales ventajas de este procedimiento es que preserva la encía existente y permite un acceso directo al hueso alveolar y las raíces, facilitando su limpieza mecánica con instrumentos quirúrgicos. Además, se pueden llenar los defectos óseos con osteointegradores, y finalmente, el colgajo se recoloca en su posición original o se desplaza apicalmente, adaptando el margen gingival a las condiciones locales.
4. Gingivectomía y gingivoplastia.
Ambas son técnicas similares en su enfoque, cuyo objetivo es corregir las deformidades de la encía causadas por la inflamación crónica a largo plazo. La gingivectomía se indica principalmente en casos de bolsas supraalveolares donde no existe una destrucción ósea significativa. Por su parte, se utiliza también para remodelar contornos gingivales anormales, como cráteres o hiperplasias, procedimiento conocido como gingivoplastia.
5. Tratamiento periodontal de regeneración ósea.
Además de la cirugía mediante colgajos simples, en casos complejos, el periodontista puede recurrir a procedimientos avanzados para regenerar el hueso y los tejidos gingivales que se hayan perdido debido a la periodontitis.
En la primera imagen se observa el levantamiento del colgajo y la exposición del hueso alveolar, donde son evidentes los defectos óseos. En la segunda imagen, se destaca el relleno de los defectos óseos con un osteointegrador, y en la tercera, la encía ya está recolocada y suturada.
Con este tratamiento, se logró detener la progresión de la enfermedad y la pérdida ósea. Un año después, la paciente muestra los dientes sin movilidad, con los cuellos ligeramente alargados, pero sin sangrado ni signos de reactivación de la enfermedad periodontal avanzada que se trató.
Para los injertos óseos, se coloca hueso natural o un sustituto sintético en el área de la pérdida ósea, promoviendo el crecimiento de nuevo hueso o evitando que el epitelio gingival se inserte en el defecto, lo que preserva la bolsa periodontal.
Una técnica asociada a los injertos óseos es la regeneración ósea guiada, en la cual se coloca un pequeño fragmento de material osteointegrador en el defecto óseo, o se cubre con una membrana que se sella con el tejido de las encías. Esto impide que el tejido gingival invada el espacio destinado al hueso, favoreciendo la regeneración tanto del hueso como del tejido conjuntivo.
En algunos casos, se emplean factores de crecimiento, proteínas que estimulan la formación de nuevo hueso. Además, cuando se ha perdido tejido gingival, se pueden realizar injertos de tejido blando, en los que se utiliza tejido de otra área de la boca, como la mucosa del paladar, para cubrir las raíces dentales expuestas.